Los problemas en los pies pueden ocurrir a cualquier edad, incluso en pacientes que acaban de empezar a dar sus primeros pasos. De hecho, es más probable que se desarrollen algunas afecciones del pie y del tobillo en los niños debido a la naturaleza de rápido crecimiento de sus pies.
Razones por las que un niño puede necesitar ver a un podólogo
Una evaluación de un podólogo tiene muchos beneficios para los pacientes más jóvenes. Además de diagnosticar problemas potenciales, nuestros podólogos pueden establecer hábitos saludables e intervenir temprano para ayudar a prevenir problemas dolorosos en el futuro.
Nuestros podólogos pueden ayudar a diagnosticar y corregir muchas afecciones infantiles de pie y tobillo, como:
- Dedo del pie. Los dedos de los pies desviados. Es una condición en la que uno o varios dedos apuntan hacia otra dirección de la común o se sitúan en una posición más arriba de lo normal (supraducto). Nuestros podólogos pueden ayudar a realizar ejercicios de estiramiento y otros tratamientos para ayudar a corregir la desviación.
- Caminar de puntillas. Los bebés y los niños pequeños pueden comenzar a caminar de puntillas, aprendiendo gradualmente a usar todo el pie a medida que se desarrollan los músculos y el equilibrio. Si su hijo o hija todavía camina de puntillas después de los dos años, o solo camina de puntillas sobre una pierna, puede ser un signo de una afección subyacente.
- Pie plano. Los niños nacen con pies planos, desarrollan arcos a medida que sus pies crecen y pasan de gatear a caminar. Desafortunadamente, no todos los niños dejarán de tener los pies planos cuando crezcan, lo que causará dolor en los pies y las piernas que les dificultará seguir el ritmo de sus compañeros. Podemos evaluar si el desarrollo del pie de su hijo o hija está progresando naturalmente o si se necesita una intervención para ayudar a desarrollar el arco.
- Dolor en el talón . El dolor de talón pediátrico puede ser causado por una variedad de condiciones. Una de las más comunes es la enfermedad de Sever, una inflamación en el cartílago de crecimiento del talón. La dinámica cambiante del pie ejerce demasiada presión sobre el tendón de Aquiles, lo que provoca dolor en la parte posterior del talón cuando el niño se pone de pie, camina o corre.
- Condiciones de la piel y las uñas. Los niños a menudo corren descalzos, lo que los pone en riesgo de infecciones como pie de atleta, verrugas plantares y hongos en las uñas de los pies. Un niño que insiste en usar zapatos demasiado pequeños también puede sufrir lesiones como callos, durezas o uñas encarnadas . La atención podológica temprana permite detectar estos problemas antes de que sean necesarias intervenciones y tratamientos más severos.
- Deformidades del pie. Los niños pueden heredar anomalías en los pies de sus progenitores, como problemas de marcha o deformidades en los pies, que causan problemas en todo el cuerpo. El diagnóstico y el tratamiento adecuados desde la infancia pueden retrasar la progresión de estas afecciones. Por ejemplo, las ortesis personalizadas pueden aliviar el dolor de los problemas hereditarios y guiar el pie a su posición antes de que esté completamente desarrollado.
- Pie zambo. El pie zambo comúnmente afecta a los recién nacidos, causando que uno o ambos pies parezcan torcidos. Si no se trata, el pie zambo puede causar artritis, dificultad para caminar y discapacidad de por vida. El tratamiento debe comenzar de inmediato y puede incluir estiramiento progresivo, yeso, ejercicios para caminar o cirugía.
- Lesiones deportivas. Los niños activos ejercitan sus pies y tobillos, lo que aumenta las posibilidades de lesiones por uso excesivo. Los programas de entrenamiento agresivos sin suficiente descanso entre ellos pueden provocar tendinitis, fracturas por estrés…